Lo que podríamos llamar "unidad de producción musical", que por décadas consistió en una cierta cantidad de piezas agrupadas en un proyecto llamado "disco", o "trabajo discográfico", ha desaparecido como mandato inevitable. La caducidad del formato CD, y el cambio en las maneras de procurarse la música y escucharla, hacen que los músicos estemos en la búsqueda de caminos nuevos para la comunicación y difusión de nuestro trabajo.
La enésima lágrima es un díptico, una serie de dos piezas para guitarra sola escritas usando la escala dórica. Una vez que la grabé, entregué el audio a Maite Millet Maritano (artista plástica), junto con un poema del cual toman título la serie y sus componentes. Ella creó un grabado a partir de lo que música y poema le sugirieron, y con eso se produjo el audiovisual que puede verse a continuación.
La enésima lágrima
Hay que pensarlo bien: entrar, se entra.
El asunto es apagar ese dolor curvilíneo
que raspa y esclaviza.
Se queda uno perdido en esa cerrazón
casi sin luz, una ampolla la piel
sin paredes ni techo
sin suelo ni tiempo
expuesto a la belleza que castiga
hurga profundo en las tripas y roba
la dignidad. Aunque duela
volvemos a encender las vibraciones
y está la reincidencia decidida
cuando la enésima lágrima
aún se prepara para caer.
Marcelo Coronel